domingo, 17 de enero de 2010

Haitianos y dominicanos, de manos en la misma causa

CUATROCIENTOS VOLUNTARIOS REALIZAN OPERACIONES EN ZONA MÁS AFECTADA


Puerto Príncipe.- En el complejo industrial más grande de Puerto Príncipe, muy cerca de la bahía, José Soto de León, un dominicano de 26 años, vuelca todo lo que aprendió en República Dominicana para asistir en Haití a gente que ni siquiera habla su idioma.
“Me encanta lo que hago”, dice Soto, lejos de pensar que su presencia en la capital haitiana no sólo representa un acto extremo de entrega a su labor, sino también una muestra de solidaridad que comparte toda una nación, y que pone de relieve la otra cara de unas relaciones marcadas principalmente por las desavenencias.
Junto a Soto, otros 405 voluntarios y socorristas conforman el contingente dominicano que realiza operaciones humanitarias en Puerto Príncipe, severamente castigada el pasado martes por un terremoto de 7.3 grados y que pudo haber provocado la muerte de más de cien mil personas.
“Nuestra misión consiste básicamente en labores de búsqueda, recuperación, traslado de víctimas, atención de salud y entrega de alimentos”, explicó a LISTÍN DIARIO Atahualpa Reid, coordinador de la Fuerza de Tarea de las Fuerzas Armadas, incluida en las operaciones que el presidente Leonel Fernández ordenó constituir la misma noche del desastre.
La ayuda dominicana está concentrada en el inmenso complejo de naves de la Sociedad Nacional de Parques Industriales (Sonapi), donde dominicanos de casi todas partes del país se turnan para asistir al pueblo haitiano. Hay desde bomberos, militares, funcionarios del gobierno, rescatistas, médicos y personal voluntario que colabora con la operación.
En el Sonapi, como comúnmente se le conoce al complejo industrial, haitianos y dominicanos se dan la mano por un propósito común.
“Este terremoto, que tanto daño hizo, sirve para demostrar qué tipo de colaboración es la que debemos tener los dos países”, dijo el pasado jueves el presidente de Haití, René Préval, durante una reunión con su colega dominicano, quien ese día se trasladó a Puerto Príncipe para conocer de cerca la situación en esa ciudad.
“Leonel tocó la puerta de mi despacho”, agregó el gobernante haitiano para destacar la presencia no anunciada de Fernández en el mismo lugar de la tragedia.
República Dominicana hizo más. Este viernes, el gobierno anunció la asignación de RD$231 millones de los recursos del Presupuesto Nacional para ayudar el vecino país, cuando un día antes ya había declarado de urgencia las compras y contrataciones de servicios, bienes y obras necesarias para canalizar la asistencia a través de las instituciones del Estado.
Rescate
En la zona baja de Puerto Príncipe, equipos de rescate dominicanos peinaban el lugar para dar con algún superviviente, mientras las palas mecánicas de la Secretaría de Obras Públicas y de empresas privadas dominicanas, ayudaban a remover escombros en medio de un cuadro dantesco. Y en la Plaza de Armas, al lado del destruido Palacio Presidencial, camiones del Plan Social de la Presidencia distribuían comida a miles de damnificados.
La ayuda dominicana llegaba a Puerto Príncipe en varias caravanas que partían desde La Fortaleza, en Jimaní, el centro de acopio instalado en el lado dominicano. Desde Malpasse y Croix de Bouquets hasta el centro de la capital, filas interminables de vehículos con placa dominicana iban y venían con asistencia de todo tipo.
A las 6:00 de la mañana, el general Luis Luna Paulino, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias y director de operaciones humanitarias de la Defensa Civil, impartía instrucciones para la salida del primer convoy, mientras cerca de allí, en el hospital General Melenciano, brigadas de salud atendían a decenas de ciudadanos haitianos, del medio centenar que llega a diario y que resultaron heridos el pasado martes.
“Es un cuadro patético”, dijo Luna a LISTÍN DIARIO.
El otro drama
En la Embajada Dominicana, entre tanto, la evacuación de haitianos, además de dominicanos y de personas de otras nacionalidades, completa la ayuda que está ofreciendo a Haití el gobierno dominicano.
Pero allí también llegaban malas noticias. Las de dominicanos desaparecidos o que habían perdido la vida esta semana.
Flora Nolasco, de Ciudad Nueva, tenía la expresión del dolor a flor de piel cuando contaba la muerte de su esposo, el catedrático de la UASD Nikolay Sukhomlin, quien también impartía clases en la Universidad de la Francofonía.
“Él estaba en el aula con treinta y seis estudiantes. Sólo ocho pudieron escapar, pero mi esposo no”, dijo Nolasco a LISTÍN DIARIO en la sede de la representación.
La pareja tenía seis años de casada y habían planeado regresar a Santo Domingo este jueves. Era la primera vez que Nolasco viajaba a Puerto Príncipe.
“No quiero dejar su cadáver”, dijo esta maestra de biología y física que paradójicamente enseña en la Escuela República de Haití.
El cuerpo de Sukhomlin, residente en República Dominicana desde hace diez años, deberá quedarse como el de los otros dominicanos que perdieron la vida en la tragedia, debido a que la asistencia se concentra actualmente en la búsqueda de supervivientes. Es allí cuando el drama se profundiza, incluso para los familiares y amigos que sospechan que alguna persona pudiera estar solamente desaparecida.
“No podemos salir a buscarlos porque no tenemos una lista de residencia. Existe en Haití una red (de ubicación) a través de la Asociación Dominicana de Residentes en Haití que está funcionando”, dijo ayer a LISTÍN DIARIO el embajador dominicano en Haití, Rubén Silié.
La Embajada Dominicana ha dicho que hasta el momento la cifra oficial de muertos dominicanos es de tres, aunque un recuento particular eleva el número a cinco: los ingenieros José Medina, Manuel Lora, Luis Bolívar Núñez y Guillermo Peña, y un ciudadano sólo identificado como Domingo que a pesar de ser rescatado por militares dominicanos llegó moribundo a la embajada.
Lo peor de todo es que, según una fuente de LISTÍN en la Defensa Civil, existe una gran posibilidad de que la muerte de dominicanos provocada por el terremoto del martes supere el centenar de personas.
DUDAS SOBRE CANTIDAD DE CRIOLLOS EN HAITÍ
Hay 850 ciudadanos dominicanos registrados ante la sede diplomática.
Pero el grueso de residentes llega a 6,000, y hasta 15,000 según otros cálculos.
“Eso es totalmente falso”, dijo ayer Silié a LISTÍN DIARIO.

En la Grand Rue, la calle más comercial del centro de la capital en la zona baja, muchos cadáveres todavía aparecían ayer a la intemperie. En este lugar, donde muchos dominicanos residen o se alojan en los hoteles, la destrucción era total.

Gloria Pérez Guzmán, una dominicana que reside en Puerto Príncipe desde hace casi 22 años y que forma parte de la asociación a la que hace referencia el diplomático, afirmó que entre 500 y 600 dominicanos viven en Puerto Príncipe, de los cuales, sólo la minoría reside en Petion Ville.

La otra parte reside en lugares como Carrefour, Delmas, Bourdeaux y Canapé Vert, zonas muy afectadas el martes por el terremoto.

“Yo sé que hay unos diez prostíbulos en la capital, donde hay muchas dominicanas. Sólo uno que queda en Martinsen (otro de los sectores afectados) quedó en pie”, dijo Pérez.

En un prostíbulo suelen trabajar hasta veinte muchachas, muchas de las cuales también esperaban ser evacuadas ayer desde la Embajada a Santo Domingo.
Aporte. Personal de la Defensa Civil y la Cruz Roja Dominicana.
 

 

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