Un hombre haitiano y sus hijos esperando ayuda en un campo de refugiados de Puerto Príncipe, el martes 19 de enero de 2010. El Gobierno haitiano habla de 75.000 muertos, 250.000 heridos y un millón de personas sin hogar por el terremoto de hace una semana.
Un hombre haitiano y sus hijos esperando ayuda en un campo de refugiados de Puerto Príncipe, el martes 19 de enero de 2010. El Gobierno haitiano habla de 75.000 muertos, 250.000 heridos y un millón de personas sin hogar por el terremoto de hace una semana.
Una nueva y poderosa réplica sobresaltó el miércoles a los desesperados haitianos que a ocho días de un devastador sismo celebraban el milagroso hallazgo de sobrevivientes, entre ellos una anciana y una niña de 23 días.
Al amanecer miles de personas se lanzaron a las calles cuando un temblor de magnitud 6,1 volvió a estremecer a Haití, arrasado el 12 de enero por uno mayor.
"Estaba comiendo y tembló muy fuerte", indicó Sylliona Gyna, una joven embarazada de nueve meses. "Todo el mundo sabe que esto no ha terminado. Para mí todo el mundo va a perecer. Es la naturaleza. No es Dios, Dios no es malo".
"Dios quiere destruir a todos los haitianos porque son malvados, porque están malditos", asegura en cambio Eleude Joseph, una madre de dos niños visiblemente asustada por el nuevo sismo.
El epicentro de la réplica fue unos 59 km al oeste de Puerto Príncipe. Testigos dijeron haber sentido una fuerte leve vibración y el ruido de construcciones que se movían pero no se encontraron señales significativas de más daños, tras el devastador terremoto de 7.0 grados que destruyó gran parte de Puerto Príncipe y otras ciudades.
Hoteline Losana, de 25 años, fue encontrada el martes entre los escombros de un supermercado solo horas después que Anna Zizi, de unos 70 años, fue sacada cantando de las ruinas de la catedral de Puerto Príncipe. Una pequeña de apenas tres semanas fue sacada de los escombros en la ciudad de Jacmel.
Losana salió "consciente y en buena forma" tras una operación de rescate que duró nueve horas, informaron integrantes del equipo. Desde el martes 12 estaba en un departamento encima de un supermercado, sin agua ni comida, y los expertos atribuyen su sobrevivencia a la posición en la que quedó atorada.
Horas antes bomberos mexicanos removieron los escombros de la catedral de Puerto Príncipe y rescataron a Zizi. "Los rescatadores le hablaban y le pasaban agua por un tubo. Salió cantando", dijo Sarah Wilson, de la organización católica británica Christian Aid. Algunos miembros del equipo estallaron en llanto cuando la vieron.
De apenas 23 días, la pequeña Elisabeth fue sacada y sin mayores lesiones tras una semana sin agua ni comida entre los restos de una casa en Jacmel, al sur de Haití, informó el miércoles una radio francesa.
Naciones Unidas dijo que 121 sobrevivientes fueron encontrados en ocho días y que se mantienen esperanzas de encontrar a más. No obstante, un comandante militar estadounidense, el general Daniel Allyn, aclaró que pronto se pasará directamente a dar prioridad a la recolección de cadáveres.
La embajadora de Haití en España, Yolette Azor-Charles, indicó que la reconstrucción podrían llevar 25 años y advirtió que el balance de muertos podría superar las 200.000 personas, ya que los equipos de rescate aún no llegaron a todas las ciudades afectadas.
Unas 250.000 personas resultaron heridas y más de un millón perdieron su casa.
Los heridos siguen llegando a los abarrotados centros médicos, donde las amputaciones son el pan de cada día.
Ocho hospitales, la mitad de ellos de campaña, están funcionando en Puerto Príncipe, a los que se sumó el miércoles el barco hospital estadounidense "Comfort", en el cual entre 30 y 50 víctimas del sismo, considerados los casos más graves por autoridades haitianas, podrán recibir atención simultánea.
"No sabes con precisión cuántos pacientes hay aquí. Millares, posiblemente mucho más. El número aumenta cada vez que se abre una nueva unidad médica", dijo el coronel estadounidense Richard Ellison.
En las calles los saqueos continúan, así como la tensión entre la policía local y los ladrones.
"Cuando me den de comer dejaré de robar", dice, desafiante, Vicent, un fornido joven enmascarado que se adentra sin miedo entre las ruinas de un banco con la esperanza de salir con un tesoro.
El gran desafío es el de hacer llegar la ayuda internacional despachada y contener la tragedia humanitaria. Haití, el país más pobre de América tiene prácticamente inutilizable toda su ya de por sí endeble infraestructrura de transporte, comunicaciones y energía.
"Una especie de plan Marshall es lo que debemos instrumentar ahora para Haití", afirmó en Washington el director gerente del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss Kahn. El llamado Plan Marshall fue un programa lanzado por Estados Unidos para reconstruir los países arrasados por la Segunda Guerra Mundial.