El presidente de facto hondureño Roberto Micheletti da un discurso en la casa presidencial en Tegucigalpa el 19 de enero de 2010. Estados Unidos renovó sorpresivamente las presiones contra el régimen de facto hondureño este miércoles, al cancelar las visas a más funcionarios
El presidente de facto hondureño Roberto Micheletti da un discurso en la casa presidencial en Tegucigalpa el 19 de enero de 2010. Estados Unidos renovó sorpresivamente las presiones contra el régimen de facto hondureño este miércoles, al cancelar las visas a más funcionarios
Estados Unidos renovó sorpresivamente las presiones contra el régimen de facto hondureño este miércoles, al cancelar las visas a más funcionarios, en medio de la incertidumbre sobre el futuro del derrocado presidente Manuel Zelaya una vez que finalice su mandato el 27 de enero.
El Departamento de Estado estadounidense revocó las visas a los ministros de la Juventud, Luis Ortez; Cultura, Artes y Deportes, Mirna Castro; Finanzas, Gabriela Núñez; y Transporte, Saro Bonanno.
También al asesor del presidente de facto Roberto Micheletti, Javier Valladares, y a la funcionaria de protocolo del régimen, Joahana Padget, entre otros funcionarios del régimen de facto y empresarios que apoyaron el golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
"Lamentamos que un país amigo y defensor de la libertad quiera presionarnos quitándonos la visa", dijo Ortez al anunciar que había recibido la notificación.
Estados Unidos, que suspendió su ayuda a Tegucigalpa tras el golpe y despojó de sus visas a decenas de funcionarios y empresarios hondureños, fracasó en todo intento de que se restituyera a Zelaya.
Inicialmente actuó junto a las naciones latinoamericanas, pero luego se separó de la mayoría de ellas al reconocer anticipadamente las cuestionadas elecciones del 29 de noviembre, ganadas por el conservador Porfirio Lobo, quien apoyó el golpe.
En las últimas semanas la diplomacia norteamericana había centrado sus esfuerzos en lograr que Micheletti deje el poder antes de que asuma Lobo, pero el gobernante de facto, en forma desafiante, ha dicho que no lo hará.
El último esfuerzo público por la salida de Micheletti lo hizo el número dos de la diplomacia estadounidense para América Latina, Craig Kelly, el 6 de enero, cuando reclamó el cumplimiento del acuerdo Tegucigalpa/San José, firmado el 30 de octubre.
El acuerdo, firmado por delegados de Zelaya y Micheletti, contemplaba instalar un gobierno de "unidad y reconciliación" y la salida de Micheletti, pero sus principales puntos jamás fueron instrumentados.
De todas formas, Estados Unidos indicó el miércoles que asistirá a la toma de posesión de Lobo, aunque aún no decide a qué nivel será su representación.
"Estaremos representados. A qué nivel no lo sé, lo sabremos esta semana", dijo el embajador norteamericano en Tegucigalpa, Hugo Llorens, durante un evento en Washington.
Por su lado, la ministra Mirna Castro declaró que se sentía "honrada" por la cancelación de la visa estadounidense, aunque opinó que el paso fue "inaudito".
Anteriormente Washington había quitado las visas al propio Micheletti, al presidente de la Corte Suprema, Jorge Rivera; al presidente del Congreso, José Alfredo Saavedra; al comisionado de Derechos Humanos, Ramón Custodio, al magistrado Tomás Arita --quien emitió la orden de captura contra Zelaya el día del golpe--, el canciller Carlos López y otros funcionarios, además de empresarios que apoyaron el golpe.
Sin embargo, el 17 de diciembre el senador republicano por Florida George LeMieux aseguró haber recibido garantías de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, de que las visas serían restituidas.
"Vamos a normalizar las relaciones. Los procedimientos de visa serán normalizados", indicó entonces LeMieux.
A siete días de que termine su mandato de cuatro años, Zelaya no ha decidido qué hará, mientras sigue refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde ingresó el 21 de septiembre tras volver subrepticiamente del exilio.
"El presidente Zelaya anunciará su decisión el 27 de enero. Hasta entonces informará si pedirá asilo o si se quedará en el país", dijo recientemente uno de sus asesores, Rasel Tomé.