Saqueadores huyen de la policía en Puerto Príncipe, miércoles 27 de enero de 2010. (AP Foto/Ramon Espinosa)
Saqueadores huyen de la policía en Puerto Príncipe, miércoles 27 de enero de 2010. (
Soldados brasileños de la ONU ayudan a un hombre que fue derribado y casi aplastado por las colas a la espera de la entrega de alimentos, Puerto Príncipe, martes 26 de enero de 2010. (AP Foto/Ramon Espinosa)
Soldados brasileños de la ONU ayudan a un hombre que fue derribado y casi aplastado por las colas a la espera de la entrega de alimentos, Puerto Príncipe, 
Un hombre hunde su mano en agua que cree es bendita porque corre entre las ruinas de la Catedral Nacional de Puerto Príncipe, destruida por el terremoto del 12 de enero, el miércoles 27 del mismo mes. (AP Foto/Ramón Espinosa)
Un hombre hunde su mano en agua que cree es bendita porque corre entre las ruinas de la Catedral Nacional de Puerto Príncipe, destruida por el terremoto del 12 de enero, el miércoles 27 del mismo mes. (AP Foto/Ramón Espinosa)
PUERTO PRINCIPE (AP) — Guardada bajo llave en galpones o robada por matones de la mano de los desplazados, la comida de agencias humanitarias de todo el mundo aún no llegaba el miércoles a un número suficiente de los haitianos que pasan hambre dos semanas después del terremoto del 12 de enero.
Vendedores callejeros comerciaban arroz donado por Estados Unidos. En un campamento de gente sin hogar, una joven contó cómo unos ladrones quisieron revenderle su propia comida. Mientras hablaba, una pandilla se coló a empujones en una línea de gente que esperaba recibir agua y una anciana intentó pegarles en la cabeza con su balde.
Estas escenas y otras peores se han repetido en los últimos días entre las multitudes de haitianos que hacen fila para recibir arroz, frijoles o comidas preparadas. Soldados de paz de la ONU han lanzado gas pimienta y la policía haitiana ha dado bastonazos para recuperar el orden.
"Esta gente simplemente tiene hambre", dijo el vocero de la ONU Vincenzo Pugliese de las miles de personas que acuden a los puntos de distribución. Los soldados de paz reforzarán la seguridad en esos lugares, agregó.
Los enfrentamientos y la creciente tensión han afectado la entrega de comida, reconoció el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
Desde los primeros días del gigantesco operativo de asistencia, los congestionamientos han frenado la entrega de ayuda: los caminos con escombros, la falta de camiones, el puerto dañado y un aeropuerto desbordado.
"Desbloquear los embotellamientos logísticos es una prioridad absoluta", dijo la Comisión Europea el miércoles en su reporte diario sobre Haití. El aeropuerto aún tiene una lista de espera de 1.000 vuelos humanitarios que se acumuló durante siete días, dijo.
El presidente haitiano René Preval lamentó el lento avance de la ayuda y la falta de coordinación entre decenas de agencias internacionales.
"Muchos errores se deben corregir para traer ayuda a la gente que la necesita", dijo.
Sin embargo, el jefe de una agencia expresó su temor de posible corrupción en el intento del gobierno haitiano de hacerse cargo de su programa de asistencia alimentaria.
Paul Coroleuski, del grupo Caravana de Esperanza, dijo que las agencias privadas como la suya temen que los funcionarios haitianos "harán lo que siempre han hecho: el gobierno cuida al gobierno y la gente es algo secundario".
El Programa Mundial de Alimentos, en tanto, pidió con urgencia a los gobiernos que envíen mucho más efectivo a fin de comprar comida para Haití. Se necesitan más de 800 millones de dólares para alimentar a dos millones de personas hasta diciembre, dijo, más de cuatro veces los 196 millones prometidos hasta ahora.
Se estima que un millón de haitianos perdieron sus hogares por el sismo de magnitud 7, que se calcula mató a 200.000 personas. Los desplazados, que sobreviven en campamentos improvisados, siguen teniendo una "necesidad aguda" de refugio, según la Organización Internacional para la Migración, que sólo ha podido movilizar una fracción de las 200.000 carpas tamaño familiar que se necesitan.
Mientras tanto, la organización buscaba acelerar el envío de lonas y plásticos para al menos mejorar las condiciones en que vive la gente.
Aunque se están liberando terrenos para campamentos en las afueras de Puerto Príncipe, la OIM dijo que esta solución sólo duraría tres a cinco meses hasta que empiecen las grandes lluvias de la temporada de huracanes.
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Los periodistas de The Associated Press Michelle Faul en Puerto Príncipe, Martha Mendoza y Charles J. Hanley en Ciudad de México y Raf Casert en Bruselas contribuyeron a este despacho.